Ya no somos extranjeros
En medio de la conversación nacional sobre el trato humano a los migrantes y refugiados, el Arzobispo Salvatore J. Cordileone publicó la siguiente declaración sobre la importancia de proteger los derechos de los refugiados y migrantes, destacando la importante labor legal y humanitaria de Caridades Católicas dentro de la Arquidiócesis.
Como comunidades comprometidas a proporcionar santuario a los inmigrantes, San Francisco y California tienen el deber de acoger a los inmigrantes y encontrar oportunidades para que prosperen aquí, independientemente de cómo lleguen a nuestra puerta. No olvidemos que la caridad cristiana no hace distinciones en cuanto al estatuto jurídico cuando se trata de prestar ayuda humanitaria a los necesitados.
Como afirmaron los obispos estadounidenses y mexicanos en su carta pastoral conjunta de 2003 “Juntos en el camino de la esperanza: Ya no somos extranjeros”, Estados Unidos necesita una reforma integral de la inmigración. Los principios expuestos en la carta incluyen el derecho de una nación a asegurar sus fronteras y a que las personas permanezcan y prosperen en sus países de origen, pero también que los solicitantes de asilo tienen derecho a buscar refugio.
Estados Unidos está moralmente obligado a proteger a los que buscan refugio de cualquier daño. Como nación de inmigrantes, y por la experiencia de cada uno de nosotros en la vida cotidiana, sabemos que los inmigrantes devuelven algo a Estados Unidos al convertirse en parte integrante de nuestras comunidades, de nuestra economía y de nuestro legado. Al mismo tiempo, el Congreso y el Presidente deben asegurar nuestras fronteras para que nuestra nación pueda controlar y crear un sistema de inmigración viable.
Mientras nos enfrentamos a esta crisis, apoyo la iniciativa del alcalde de Nueva York, Eric Adams, que propone que el gobierno federal permita a los estados expedir visados de trabajo. El actual sistema federal sólo permite a los inmigrantes que solicitan asilo obtener un permiso de trabajo después de seis meses, y la realidad es que a menudo se necesita un año o más para obtener un permiso de trabajo. Esto supone una carga para los sistemas de asistencia social estatales y locales, diseñados para atender a los que no pueden trabajar, y priva a los inmigrantes deseosos de trabajar de la oportunidad de hacerlo utilizando las habilidades que traen de sus países de origen.
Como ha hecho durante décadas, el Centro de Caridades Católicas para Servicios Legales y de Apoyo a la Inmigración (Charities Center for Immigration Legal & Support Services, o CILSS, por su sigla en inglés) de la Arquidiócesis de San Francisco, defiende y se compromete a apoyar a los inmigrantes en los condados de San Francisco, San Mateo y Marín y a ayudar a resolver la crisis de la inmigración. El CILSS proporciona tanto representación legal como apoyo en la gestión de casos a personas que solicitan asilo y a víctimas de la trata o de delitos violentos. Al igual que con todos los inmigrantes que acuden al Centro, Caridades Católicas realiza consultas y determina el apoyo disponible. Además, los 25 programas de servicios sociales de Caridades Católicas proporcionan ayuda para el alquiler, recursos para la resolución de problemas y remisiones en nuestra comunidad, oportunidades de listas de espera para refugios y servicios de apoyo para la gestión de casos. Los programas de Caridades Católicas sirven a todos los miembros de nuestra comunidad con compasión, respeto y comprensión.
Para más información:
- https://www.catholiccharitiessf.org
- https://www.usccb.org/es/issues-and-action/human-life-and-dignity/immigration/strangers-no-longer-together-on-the-journey-of-hope
- El Arzobispo Cordileone explica los Cinco Principios Católicos de la Inmigración
- https://sfmayor.org/sanctuary-city
- https://en.wikipedia.org/wiki/California_Senate_Bill_54_(2017)
Fotos de Dennis Callahan, Arquidiócesis de San Francisco, de una Misa por la inmigración en 2017.